Le das vueltas a la historia y llegas a una conclusión muy dolorosa: Estoy solo. Nadie me entiende.
Quisieras que los demás se mostrasen más comprensivos y permaneces ahí, en una burbuja, esperando a que te hagan caso.
A saber qué te llevó hasta esa soledad. Lo que sí es seguro es que, si te aferras a ese estado de víctima, perderás oportunidades para cambiar la situación a tu favor.
En un primer momento, quizás te ayude ver la situación de otra manera; abrirte a posibilidades como éstas.
Estoy solo: Vamos a combatir este pensamiento
- En este mundo reina la diversidad. Con lo cual, es natural que encuentres a personas (pocas o bastantes) a quienes no les gustes, no les intereses, no te aprueben o no te entiendan.
- Por esa misma diversidad, es razonable pensar que hay personas a quienes sí les gustarás o sí te entenderán. La cuestión es encontrarlas.
- Por esa diversidad, la gente que te rodea quizás no tiene los mismos principios, gustos u objetivos que tú. Pero puede ser que algunos sí te respeten y te aprecien, y puedas compartir otras cosas con ellos.
- El mundo en su conjunto no es responsable de que tú te sientas incomprendido. Nadie es culpable de eso.
- Algo parecido a lo que tú sientes, lo han sentido y lo sienten otras personas. En ese grupo estuvieron muchas, totalmente incomprendidas en su tiempo o tachadas de locas, que no se detuvieron a pesar de la desaprobación del entorno.
- ¿Qué te impide a ti luchar por lo que quieres? Si partes con el entorno en contra, puedes contar con un gran apoyo para iniciar el camino: el tuyo. Quién sabe si más adelante encontrarás otros aliados…
La situación varía mucho cuando la miras desde otra perspectiva. ¿Por qué no adoptar una así, que te dé fuerzas?
Reenfocada la situación, vienen las acciones. ¿Cómo vas a relacionarte con esas personas que no te comprenden o no te aprueban?
Aquí tienes algunas propuestas, por si las quieres probar.
Acércate a ellos
Esa gente que tú ves que va a lo suyo, también tiene sus problemas. Tienen responsabilidades; relaciones con otras personas… Y no con todas conectan tan bien como a ti pueda parecerte.
Quizás ellos mismos se han sentido o se sienten solos; quizás necesiten que los escuchen, que alguien les dé una mano. ¿Por qué no empiezas tú moviendo ficha?
Escucha a otros; abre tu corazón (a la gente a quien tú sientas que puedes abrírselo).
Sé tú la persona que da el primer paso. Porque puede ser que esa persona a quien tú apoyes, se sienta en disposición de conectar contigo (y de apoyarte a su vez, porqué no).
Reduce tus expectativas
Ninguna persona está en la obligación de coincidir con tus gustos o con tu manera de pensar. No tienen porqué aprobar lo que dices ni apoyarte en todo lo que emprendas.
Si tú esperas que lo hagan, es natural que te decepciones, porque no siempre lo van a hacer. Lo harán cuando quieran ellos; no cuando tú quieras.
Por tanto, deja de esperar que otros piensen o actúen como tú consideras que deberían hacerlo.
Acepta lo que hay
No te gusta que te ignoren, que te rechacen, que te desaprueben, que te nieguen su apoyo. Claro que no. Pero aceptar una situación no signifique que te guste.
Puedes aceptar que piensan distinto. O puedes aceptar que no te echan una mano.
Eso sí, no te resignes. Aceptar tampoco es plegarse a lo que otros decidan. Tú puedes seguir adelante sin que TODOS te den el visto bueno.
Llévate bien contigo
Respétate tú. Acéptate tú. Compréndete tú. Permanece de tu lado y así no serás tan dependiente de la aprobación de los demás.
Cultiva una buena relación contigo, con lo que ello implica: sé sincero contigo, valórate, cuídate, trátate como a un amigo.
¿Te imaginas a un amigo (de verdad) diciéndole a otro esta lindeza?:
– Estás solo. A nadie le importas…
Vaya amigo.
Cuida de tus relaciones importantes
Aunque no piensen siempre como tú y aunque comentan errores, valora y cuida a esas personas que te aman. A ésas que no quieren cambiarte ni ponerte piedras encima, sino que simplemente ven las cosas de un modo distinto al que tú lo ves.
Si tienes la suerte de que en tu vida hay una o dos personas así, que te aceptan y te quieren, aunque a veces no entiendan ni media de lo que dices o haces, valora que están ahí, contigo.
Haz lo tuyo. Ponte en marcha. Que ahora estés en un entorno poco propicio, no quiere decir que no vayas a encontrar apoyos en el camino. La gente más receptiva a tus ideas o preferencias existe y darás con ella si echas a andar.