Vas a poder. Deja atrás el miedo, las dudas y las posibles recriminaciones por tus errores. Céntrate en este día, en este momento y ve sumando hacia delante.
Dejar de fumar es un proceso que suele requerir varios intentos. Si fallaste en los primeros, da por útil la experiencia porque hoy tienes más práctica y puedes usarla en tu beneficio.
Este intento puede ser el definitivo, el último, el mejor de todos. ¿Por qué no?
Anímate. Sé tu mayor fan.
Ponte de tu lado y háblate como le hablarías a un amigo al que quieres mucho.
A tu amigo no le dirías que no puede o que es inútil que siga intentándolo. (Vaya “amigo” serías…)
Lo que te dices a ti mismo afecta a tus acciones. Por tanto, si vas a decirte algo, procura que sea motivador: ¡Claro que puedo! Hoy lo he hecho muy bien. ¡Lo estoy consiguiendo!
Ojito con los cigarrillos traicioneros
No pruebes ni uno más. Pero, si por casualidad lo haces, procura que ese uno se quede ahí.
Un solo cigarrillo no va a echar al traste tu objetivo. Puedes volver a la senda después del resbalón.
Aprende de lo que te hizo caer y adopta tus medidas para no repetirlo. Deja el error atrás y continúa el camino.
Las ganas de fumar no te obligan a fumar
Puedes imponerte sobre las ganas incontenibles de fumar. Tienes en tu mano la decisión de aguantar un poco más hasta que pase la urgencia de encender un cigarrillo.
Respira profundamente. Recuerda las razones poderosas por las que has decidido dejar el tabaco y sigue un poco más sin fumar. Vamos. Un poquito más.
Déjate apoyar
Acepta el apoyo de las personas de tu entorno que te quieren bien, así como el de otros compañeros de objetivo.
Hay personas que están haciendo el mismo camino que tú. Cientos, miles de ellos dejan el tabaco para no volver. Tú también puedes.
Sigue, sigue y sigue adelante
Al éxito suele llegarse después de un proceso en el que hay obstáculos y, seguramente, fracasos que forman parte del mismo.
Puede que caigas y te toque levantarte más de una vez. Está bien. Eso es parte del objetivo. Lo que importa es que no abandones.
Persiste. Afronta un día cada vez, un minuto cada vez. La línea de salida va quedando atrás. Sigue, paso a paso, y conquista este objetivo de una vez por todas. ¡Ánimo!