¿Cómo aguantar despierto en el trabajo?
Hoy nos movemos hacia uno de esos días en los que apenas si va comenzando la jornada laboral y lo único que sientes es cansancio, un enorme cansancio.
¿Se te ha acumulado el estrés? ¿Has pasado una mala noche? ¿Estás bajo de energía por culpa de una dieta?
Hay bastantes razones que hacen que al día siguiente estemos hechos un trapo y sin energía para trabajar.
Sí, lo primero es identificar la causa y hacer propósito de enmienda. Aunque eso no te va a aliviar instantáneamente ese cansancio horroroso.
Lo que ocurre es que el cansancio raramente supone sólo molestias físicas; también afecta psicológicamente y se deja ver en la irritabilidad o el bajo estado de ánimo. Vaya panorama…
A continuación, veremos algunas ideas para aguantar este largo día de trabajo. La mayoría vienen gracias a The Daily Mind.
Ideas para aguantar al pie del cañón
Te las comento en vídeo también, por si prefieres la versión multimedia. (Duración 3:08)
- Come fruta. No engorda y sus azúcares son mucho más beneficiosos que los de la bollería industrial, por ejemplo. Éstos te «despiertan» unos minutos y al poco rato estás otra vez en el fango.
- Bebe agua con frecuencia. La deshidratación es una causa de cansancio, incluso puede serlo de ese dolorcillo de cabeza persistente.
- Refresca el ambiente. Abre la ventana, baja la calefacción o aprovecha el aire acondicionado, si es posible (y con moderación).
- Bebe té o café. Esta solución no es la mejor de todas, pero estamos en una situación de emergencia. Nota: Ten en cuenta que la cafeína en exceso puede producir el efecto contrario.
- Sube un buen tramo de escaleras. O quien dice eso, también puedes dar un breve paseo enérgico. Actívate.
- Respira profundamente. La respiración tranquila y pausada tiene un efecto relajante, pero también ayuda a concentrarse.
- Pon música. No música estridente que te induzca al nerviosismo, sino unos ritmos fluidos y agradables que te activen. Sirve el jazz, por ejemplo. A mí la que mejor me funciona es la música barroca.
- Asoma la cabeza por la ventana. ¿Estás a punto de desplomarte sobre el escritorio? Necesitas una bocanada de aire fresco.
- Céntrate en «lo bueno». En lugar de cantar mentalmente eso de: «Oh, trabajar. Qué castigo nos manda el señor…«, piensa en lo bueno de terminar tal o cual tarea, en echar una mano a algún compañero o en lo maravilloso que es cobrar por realizar un trabajo. Lo que sea que se te ocurra.
- No pienses nada. Si lo anterior no es posible, antes de blasfemar a diestro y siniestro, échale templanza. Ve encadenando tareas procurando no pensar en lo cansado que estás.
Además de esta batería de ideas, no está de más que descongestiones tus músculos con unos breves y sencillos ejercicios, sobre todo si trabajas en un escritorio.
Tampoco olvides realizar descansos breves. Con 5 minutos basta.
Entre todo lo anterior, espero que encuentres algún remedio que funcione en tu caso. Si conoces alguno más, también puedes contárnoslo para cuando nos veamos afrontando uno de esos días laaaaargos de trabajo.
Imagen por cortesía de net_efekt