¿Necesitas autoestima para cambiar un hábito?

Podemos pensar que una autoestima sana es la que nos anima a dejar un hábito o cambiarlo por otro.

Tiene su lógica: Si tú te quieres a ti mismo, verás la manera de estar mejor.

Sin embargo, respondiendo a la pregunta del post, una buena autoestima no es imprescindible a la hora de plantearse el cambio.

Necesitas un motivo para cambiar el hábito

Lo más importante es tener un motivo sólido, de donde arranque la fuerza de voluntad necesaria para lograr el objetivo. Y ese motivo no tiene por qué estar relacionado con la autoestima.

el hábito de cepillarse los dientes

Por ejemplo, puedes desear cambiar un hábito para dar buen ejemplo a tus hijos. O, quizás, porque te parezca una buena idea a la hora de adaptarte a un grupo.

Cuando el motivo es lo suficientemente poderoso:

El intenso deseo de cambio y la fuerza de voluntad son suficientes.

Pero también será de ayuda esa área de la autoestima llamada autoconfianza.

Es decir, tener la convicción firme de que puedes llevar a cabo el plan de cambio. Especialmente, si has decidido cambiar algo de una vez por todas después de haber fallado en intentos previos.

Por tanto, no te preocupes si has decidido cambiar un hábito y tu autoestima no está en plena forma. Apóyate en tu fuerza de voluntad.

Porque (y aquí viene lo bueno), cuando logres tu propósito, tu autoestima se verá beneficiada. Y, a cada logro que sumes, seguirá fortaleciéndose.

Fuente: Do You Need Self-Esteem to Change a Habit? (Psychology Today)

¿Y por qué se beneficia tu autoestima cuando adquieres buenos hábitos?

La relación entre los buenos hábitos y la autoestima

La forma en que te tratas a ti mismo refleja cuánto te respetas, cuánto te importas.

Si te quieres a ti mismo es más fácil construir buenos hábitos (no imprescindible, como hemos visto), porque te comportas como un amigo que quiere lo mejor para ti.

Y al revés también funciona: Al construir buenos hábitos, comienzas a estar más a gusto contigo mismo. Te sientes mejor.

hábito de hacer ejercicio físico

Ahora va la parte más impopular de todas: Establecer un hábito en tu vida requiere constancia. Sí, un poquito de disciplina (que es una palabra que a muchos les da alergia).

Puedes avanzar despacio; un pequeño paso tras otro. Pero el esfuerzo no hay quien te lo quite. Has de hacerlo tú, hacerlo por ti, para ti.

  • ¿Te importa dormir bien?
  • ¿Te importa salir bien aseado y vestido a la calle?
  • ¿Te importa ser amable contigo?

Cualquier hábito saludable que se te pase por la cabeza supondrá un poco de trabajo por tu parte con su dosis de constancia. Eso sí, el esfuerzo que haces para estar mejor tiene su recompensa.

Plantéatelo de esta manera la próxima vez que no tengas ganas de madrugar, de hacer ejercicio o de practicar ese hábito con el que llevas unos días: Tú te mereces ese esfuerzo que haces.

Sí, te lo mereces, como ese amigo al que le brindas tu mano con tal de que se sienta mejor.

Y, como te importas, harás ese esfuerzo por ti, para ti. 😉

Relacionado:


Categoría: