10 Ideas para mejorar la gestión de tu tiempo

Administrar el día para llevar a cabo todo aquello que hemos de hacer sin agobiarnos es una habilidad que se aprende con el transcurso de los años.

Sienta sus bases en la infancia (como otras habilidades), pero también se puede desarrollar y perfeccionar más adelante.

No podemos hablar de una óptima gestión del tiempo en general.

Cada persona tendrá la suya propia, en función de sus capacidades, de sus limitaciones y de los distintos contextos en los que se desenvuelva.

Por lo tanto, es conveniente probar con ideas, técnicas o recursos diferentes hasta encontrar los que funcionen o se ajusten a ti en particular.

Aquí tienes 10 ideas por si alguna te es de provecho.

gestión de tu tiempo, reloj

1. Haz listas

Las listas que creas necesarias y que piensas que te ahorrarán tiempo. Ejemplos: Tareas diarias obligatorias, personas a las que regalarle en Navidad, compras y gastos que debas realizar próximamente, etc.

No subestimes el ahorro que supone anotar todo eso que tienes en la cabeza.

Por una parte, te liberas de la presión de tener tantos datos a la vez danzando por tu mente; por otra, te aseguras de que ninguno se te “evapore” y te cueste enmendar el error más tarde (pudiendo haberte ahorrado el tiempo de la rectificación).

2. Dale uso al tiempo de espera

Vayas a donde vayas cuando salgas de casa es muy raro que nunca tengas que guardar turno. Ocurre con muchísima frecuencia. Usa ese tiempo de espera (planeando, inventando, etc.).

3. Recompénsate

El refuerzo positivo funciona también con los adultos. Cuando hayas cumplido con el cometido del día o hayas finalizado una labor importante, no olvides tu premio. Puede ser algo sencillo… ¿Qué tal una noche en el cine?

4. Concéntrate en una sola cosa

Olvida el resto del mundo cuando estés trabajando en algo.

Sólo en contadas ocasiones es bueno simultanear tareas. La mayoría de las veces reduce la productividad.

5. Evita procrastinar

La procrastinación es tu peor enemigo. Prioriza, cíñete al plan y, cuando termines, disfruta o prémiate con un rato de merecida holgazanería.

6. Traza tus propios límites de tiempo

Ejemplo: Si tienes toda la tarde para fregar los platos, proponte terminarlo en veinte minutos. No dejes que las microtareas te roben tardes o días enteros.

7. Trabaja en equipo

No asumas por completo todas las responsabilidades. Si no trabajas solo ni vives solo, las responsabilidades deben repartirse equitativamente, ¿no te parece?

Si puedes, delega tareas. Tiene poca lógica que tú acabes siendo pasto del estrés mientras que otros se escaquean.

Y tampoco seas tú el que eche balones fuera y hagas que otros carguen con tu responsabilidad. A la larga esto te perjudica doblemente.

Primero, porque tu agilidad para encarar múltiples obligaciones no se beneficia; segundo, porque tarde o temprano habrá quien te mande a freír espárragos.

8. Vigila tus objetivos a largo plazo

Cada día damos pequeños pasos por un camino que nos va conduciendo a alguna parte. Proponte que algunos o todos tus pasos de hoy estén dentro de ese camino largo que te llevará a tus metas.

9. Controla el tiempo que pasas navegando en Internet

El e-mail, las redes sociales y otras páginas tienen la peculiaridad de que suelen consumir más tiempo del que tenemos previsto pasar en ellas. En ocasiones sucede.

Si tienes ese problema, puedes probar a solucionarlo con un programa que controla el tiempo que pasas en cada uno de esos sitios. Se llama RescueTime. Pulsa aquí para más detalles sobre su funcionamiento.

Si no, aquí mismo tienes unas cuantas ideas para simplificar tu vida digital.

10. Evita “quemarte”

Uno termina “quemado” cuando absorbe tareas y obligaciones sin parar hasta que el cuerpo y la mente quedan exhaustos. Después, lleva tiempo recuperarse… A sí es que no olvides que para seguir siendo productivo has de descansar.

Tómate en serio el tiempo de descanso. 😉

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