¿No has dormido bien esta noche? Puede ser por una de estas razones que vamos a apuntar.
Si es el caso, ya sabes que el error tiene solución y, para la próxima, descansarás mucho mejor.
1. Te quedaste en la cama más tiempo
Por la razón que fuera, el día de hoy no tuviste que madrugar tanto como los anteriores y dormiste más horas. Hay ocasiones en las que eso basta para que se desajuste el ciclo de sueño.
Si vuelve a pasar, no tardes más de una hora en levantarte respecto a tu horario habitual y, si acaso estás muy cansado, échate una siestecita durante el día.
2. Bebiste café por la tarde
La cafeína se pasea por tu cuerpo de 5 a 7 horas, más a menos, después de disfrutar de tu maravilloso café.
Tenlo en cuenta y procura no tomar bebidas estimulantes cuando se acerca la hora de dormir.
3. Cenaste copiosamente
Qué chuletón más bueno te comiste. ¿Y después te fuiste a la cama?
La culpa de que te cueste dormir échasela a las proteínas, ya que al aparato digestivo le cuesta más digerirlas (valga la redundancia), en comparación con otros alimentos, y tiene que seguir trabajando duro mientras que tú duermes… o lo intentas.
Ya sabes, cena con moderación, cositas ligeras y evita las proteínas a última hora del día.
4. Hiciste ejercicio por la noche
El ejercicio físico vigoroso activa el organismo. Es recomendable no practicarlo en unas tres horas antes de ir a dormir, para que conciliar el sueño sea más fácil.
La próxima vez, reserva el ejercicio físico para la mañana o para la primera hora de la tarde.
5. Bebiste alcohol poco antes de dormir
El alcohol te «adormila», pero no te ayuda a tener un sueño reparador. Todo lo contrario. A la mañana siguiente, te despiertas más cansado.
Solución: Si quieres beber algo, sustituye la copita del alcohol por una infusión relajante (manzanilla, tila, valeriana…).
6. No acondicionaste tu habitación
El desorden estresa. Si tu habitación es un reguero de ropa y artilugios de todo tipo, ésa podría ser la causa de que no hayas descansado tan bien.
Otra causa, la temperatura. ¿Demasiado frío o demasiado calor?
Otra más, la luz. Si en tu habitación hay aparatos que emiten luz brillante, la exposición a la misma puede perturbar tu sueño.
Procura que tu habitación reúna las condiciones idóneas para que puedas descansar a gusto.
7. Te fuiste a la cama con tus preocupaciones
El estrés es un mal compañero de cama. Te preocupas por tus problemas, por todo lo que te espera al día siguiente y, aunque parezca absurdo, también te preocupas por si no duermes lo suficiente. ¿Así quién va a descansar bien?
En ese momento, haz alguna actividad relajante (como leer un libro). Y, al día siguiente, trata de controlar el estrés (con alguna de estas ideas, por ejemplo) y de comenzar a relajarte un buen rato antes de irte a la cama.
Tanto si has cometido uno de estos errores (o varios) como si el tuyo no está en la lista, relax. De los errores también se aprende. Rectificas lo que toque y… ¡hala! A dormir plácidamente.